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domingo, 23 de febrero de 2020

Teatro García Barbón, hoy Centro Cultural Caixanova (1913-1927)





El Teatro García Barbón, hoy Centro Cultural Caixanova es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, si no el más emblemático. Para explicar el origen del teatro debemos remontarnos a mediados del siglo XIX, cuando se construyó el teatro Romea. Posteriormente se llamaría teatro Cervantes y finalmente teatro Rosaía de Castro.

El 12 de febrero de 1904, la casa Viuda e hijos de Simón García y Compañía solicitó hacer desaparecer el teatro y convertirlo en un centro de negocios comerciales, ya que el teatro generaba pérdidas a sus propietarios. En una sesión extraordinaria del Ayuntamiento, el problema se solucionó con la compra del teatro por parte de Don José García Barbón, por la misma cantidad que anteriormente se había pagado por el edificio, y con la venta de un solar de José García Barbón, que quiso colaborar con la cultura a través de la recuperación del teatro, es a quién debemos hoy en día el disponer de un magnífico teatro.

Un año después de morir García Barbón, el 8 de febrero de 1910 mientras se celebraba un baile de carnaval un incendio destruyó el Teatro Rosalía de Castro. Para evitar que perdiera el teatro, la familia del filántropo decidió encargar al arquitecto Antonio Palacios la construcción de un nuevo edificio que sirviera de centro cultural integrando diversas funciones como cinematógrafo, casino y teatro.


La obra comenzó en 1913, tras la firma del proyecto por parte de Palacios, aunque ya en 1911 el constructor Manuel Pérez Conde pide la licencia con un plano de planta de Palacios para ir construyendo la cimentación.


En el proyecto de Palacios se incluía una cubierta que no se llegó a realizar y que finalmente se quedó en una terraza-mirador donde el casino organizaba bailes en verano.

Las obras finalizarían en 1926 pero su inauguración no se produce hasta el 23 de Abril 1927. La obra habría de llevar el nombre de su promotor: Teatro García Barbón.


Este edificio fue el primer gran encargo que realiza en Vigo y con él Palacios dejó una profunda huella en la ciudad.


Se trata de un edificio totalmente simétrico a un eje central siendo sus dos fachadas laterales completamente idénticas.


La fachada principial, que forma una planta elíptica con parte de los laterales, es la que está más ornamentalmente tratada. La primera planta está separada de la planta baja por corridos balcones abalaustrados y sirve de basamente a las columnas apareadas de orden compuesto, sobre las que se asienta el arquitrabe, el friso y la amplia cornisa. Entre las bases de las columnas se sitúan balconcillos abalaustrados y sobre ellas triglifos también pareados y las metopas se adornan con guirnaldas.


La fachada principal se separa en tres tramos mediante grandes machones.

Las fachadas laterales presentan mayor rigor formal y una mayor restricción ornamental, destacando la gran superficie acristalada. Ambas fachadas se aligeran con los grandes vanos y por el almohadillado del semisótano y planta baja.


El edificio está inspirado en la Ópera de Paris de Charles Garnier, como se puede apreciar en el tratamiento curvo de la fachada o la arquitectura del frente de doble columnata, con sus huecos rectangulares y redondos.


En la planta baja estaría situado el vestíbulo principal, la escalera de honra y la sala de teatro de planta circular. En la planta inferior del edificio, aprovechando el desnivel del solar, se disponía la sala de cinematógrafo y un espacio destinado a restaurante.

El lenguaje del edificio responde al clasicismo-académico, con influencia también del eclecticismo afrancesado.

La piedra blanca y de grano fino fue traída de las canteras de Castrelos y se presenta pulida en la fachada principal y elementos decorativos y abujardada en las fachadas laterales.



Posteriormente en 1984 el teatro fue recuperado por la entidad financiera Caixavigo (hoy Caixanova) como centro cultural.


Para tal fin se contrató al arquitecto Desiderio Pernas, que entre 1982 y 1984 dirige las obras de remodelación. Se cubrió el edificio con una cubierta de cobre para acoger una biblioteca en su interior. Esta cubierta no se pareció en nada a la que en su día proyectó Palacios, lo que genero protestas entre algunos miembros de la ciudadanía.

También se colocaron las esculturas de los caballos de bronce de Juan Oliveira en los manchones de la fachada principal y el resto de las figuras de piedra de Manuel Buciños, alegóricas a la pintura, al teatro, a la escultura, a la literatura, al cine y a la música.

El teatro-sala de conciertos se amplió con capacidad para 994 personas y el auditorio con 475 plazas.


 

El edificio remodelado fue inaugurado el 22 de marzo de 1984.



Hoy en día es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y uno de los más apreciado por los vigueses. Situado en pleno centro de Vigo (calle Policarpo Sanz) cuenta con una preciosa biblioteca y acoge numerosos acontecimientos culturales tales como obras de teatro, danza, conciertos musicales, exposiciones...