El Pazo de
Castrelos, también conocido como Pazo de Quiñones de León debido a uno de sus
dueños, está situado en la parroquia viguesa de Castrelos y para contar su
origen debemos remontarnos al siglo XVI.
La familia de
los Tavarés por aquel entonces tenía su residencia en una torre cercana al
emplazamiento actual del pazo. Esta torre era conocida como torre de
Lavandeira.
Durante las
guerras con Portugal en el siglo XVII la torre sufrió duros ataques de los
ejércitos portugueses, que en noviembre de 1665 la saquearon e incendiaron.
Quedó en un estado tan ruinoso que se demolió, y don Benito Tavarés decidió
reconstruir su casa en lugar cercano al de la torre original.
Se reconstruyó
la torre pero sólo como recuerdo de su origen, ya que la nueva edificación
tenía un marcado carácter civil posiblemente inspirado en el vecino pazo de la
Pastora en la parroquia de Santo Tomé de Freixeiro.
La totalidad del edificio actual fue construido por el matrimonio Tavarés en 1670, con la excepción de la mitad superior de la torre de la derecha, que sería construida a mediados del siglo XIX. Esta familia sería la
propietaria del inmueble hasta el siglo XVIII en que pasaría a manos de los
Montenegro.
En 1805 el
pazo, junto al vecino pazo de la Pastora, fue incautado por la Junta de Sanidad
para convertirlo en un hospital destinado a tratar los heridos de la guerra de
la Independencia.
A comienzos del siglo XIX
el edificio pasa a manos del marqués de Valladares. Ya a finales del siglo XIX el
pazo es propiedad de don Fernando Quiñones de León, marqués de Alcedo, y su
mujer doña María de los Milagros Elduayen, VIII marquesa de Valladares. Ambos
promueven una serie de obras en el edificio que serán continuadas por sus
descendientes.
Tras las muerte
de la marquesa, el pazo es heredado por su hijo Fernando Quiñones de León y
Elduayen, IX Marqués de Valladares. En 1918 Fernando Quiñones de León y
Elduayen fallece sin dejar descendencia, por lo que el pazo pasó a manos de su
padre, el marqués de Alcedo, siendo su mujer Mariana de White usufructuaria.
Con un ejemplar gesto, el marqués de Alcedo decide donar el conjunto
"Quiñones de León" al pueblo de Vigo el 12 de diciembre de 1924, con
la condición de que fuera utilizado como museo y parque público. Sin embargo la
donación no se pudo materializar hasta el 15 de noviembre de 1931, al comprar
el concello de Vigo el citado usufructo.
Desde entonces el inmueble alberga el museo Quiñones de León.
Arquitectónicamente, como se ha dicho, el edificio está inspirado en el
vecino Payo de Santhomé (o La Pastora), que es un bello ejemplo de palacete
renacentista urbano.
La fachada principal está
constituida por un cuerpo central enmarcado por dos torres laterales de
sillería de mayor altura. Ante esta fachada se extiende un amplio patio con un
estanque circular en el medio. El cuerpo central tiene adosado otro cuerpo
formando un ángulo recto que fue construido a comienzos del siglo XX. En la
parte posterior del edificio se encuentran los jardines.
El cuerpo central, que es
simétrico, es todo de color blanco a excepción del zócalo, el recercamiento de
huecos, la moldura de separación entre los pisos, el entablamento, el remate y
el escudo familiar, que son de granito visto. En el centro está la puerta
principal, recercada por una moldura de sillería de perfil curvo. A ambos lados
hay sendas ventanas enmarcadas por molduras iguales a las de la puerta en la
planta baja, y cuatro balcones en la planta alta con el escudo familiar en el
centro. Estos balcones están constituidos por balaustres de hierro forjado.
El cuerpo
central remata en un entablamento de granito acabado en almenas de perfil
recto. Bajo éstas corre una gruesa cadena de piedra que va de torre en torre y
que es interrumpida a tramos por cuatro escudos y cuatro cabezas de león
alternándose.
Las dos torres
que enmarcan el cuerpo central son idénticas. Son de planta cuadrada y miden 15
metros de altura. Están constituidos por sillares de granito y contienen dos lisas ventanas en la planta
baja, balcón y ventana en la planta noble, un escudo central entre la segunda y
tercera planta y otras dos ventanas con guardapolvos en el tercer piso. Están
coronadas por almenas de perfil picudo.
La fachada
posterior del paso está orientada a los jardines y es de mayores dimensiones
que la fachada principal. Está formada por tres pisos, aunque inicialmente
tenía dos.
En 1853 se construye una
capilla anexa al edificio que permanecía cerrada y sólo se abría cuando los
marqueses estaban en el pazo.
En la fachada
posterior del edificio se sitúa el espacio ajardinado, formando con la vivienda
un conjunto único. Fue creado a finales del siglo XIX, probablemente por la
prestigiosa empresa portuguesa de jardinería radicada en Porto, Jacinto Mattos,
hoy desaparecida.
El jardín está inspirado en
los grandes jardines del barroco francés. Parte de un eje longitudinal
perpendicular a la fachada, que permite completar el jardín con un solo golpe
de vista, y está dividido en seis partes: el jardín de acceso, la rosaleda, el
jardín francés, el jardín inglés, la solana al fondo y el bosque. Además
presenta una amplia variedad de plantas ornamentales y exóticas, como pueden
ser el camelio del jardín francés, exóticos tuliperos de Virginia, magnolios,
etc.