En la segunda
mitad del siglo XVIII, Vigo comienza a desarrollar un intenso comercio con
América, lo que provoca que a nuestra ciudad lleguen inmigrantes catalanes que
originarán la floreciente industria del salazón.
El éxito de
este sector industrial propicia que se lleve a cabo una notable exportación de
pescado a ciudades españolas del interior.
El comercio marítimo y la
pesca de la sardina en la bahía viguesa y su industria provocan que la
población viguesa vaya aumentando progresivamente y se vaya asentando a lo
largo de las playas del Arenal y de Guixar. Esto provoca que desde las
administraciones locales se vean en la necesidad de llevar a cabo proyectos de
reforma del litoral vigués.
En 1807 el
ingeniero militar Fausto Cavallero
firma en Coruña el primer proyecto de reforma y ensanche de la ciudad con el
título de "Proyecto para la
situación de un muelle en la ría y fondeadero de Vigo, con proporcionada nueva
aduana, competente aumento de población, suficiente seguridad de defensas para
rechazar un golpe de mano por esta parte y todas las demás ventajas que
requiere el bien deseado fomento de su comercio".
En 1810 se realiza un
segundo proyecto a cargo del ingeniero Müller con encargo de Taboada Leal.
El trabajo fue continuado
por el ingeniero hidraúlico Carlos María
Abajos y duró unos dos años. Su título era "Proyecto de un muelle de comercio y pesca, en el puerto de Vigo con un Plan General, de una
nueva población que determine el lugar que debe ocupar cada edificio particular
y público para que con el tiempo resulte una ciudad grande, hermosa, simétrica
y colocada cada oficina en el sitio más propósito para la conveniencia de todos
sus habitantes; con sus baterías que la pongan a cubierto de los insultos de la
mar".
En 1837 se presenta un
tercer proyecto, esta vez realizado por el ingeniero Agustín Marcoartú y con el título "Plano proyectado en el
Puerto de Vigo para sus muelles y nueva población".
Partiendo del
proyecto realizado por Müller, fue aprobado en 1841 y en ese plano figuraba el
trazado de la carretera de Madrid (hoy calle Príncipe y Urzáiz) y el diseño de
las calles Colón y Carral, que serían futuras comunicaciones directas con el
puerto.
Como no podía ser de otra forma en esta ciudad,
los tres proyectos nunca se llegaron a realizar.
En 1853 José María Pérez presenta un cuarto proyecto basado en el de
Marcoartú y con el título de "Plano
General del puerto y playa de Vigo.
De sus muelles y nueva población con la demarcación y trazado hecho sobre el
terreno con sujeción al proyecto del señor inspector de ingenieros de caminos,
canales y puertos D. Agustín Marcoartú".
El estado se
encarga de las obras del dique de la nueva población, que arrancaban en el
muelle de piedra adosado a la fortificación de A Laxe.
Hasta 1852 Vigo sólo disponía de un muelle o
espigón de piedra que estaba adosado a la batería de A Laxe. En la Memoria de Obras Públicas de 1856 se dice respecto al muelle que "antes de 1845 debido a los aterramientos, el muelle sólo era servible en pleamar
y fuera de ella era preciso echarse en hombros de un marinero para embarcarse
en un bote".
José María Pérez realiza
también un proyecto para conectar el muelle con la carretera del Arenal. Con el
título de "Proyecto de Camino para empalmar la carretera del Arenal
con el muelle de A Laxe en Vigo".
Se presenta en 1853 y se construye entonces a partir
del espigón un muelle en forma de cruz, todo de piedra y terminado en escaleras
a ambos lados: nacía el Muelle de A Laxe,
más conocido como Muelle de Piedra.
Estuvo en
servicio durante más de cincuenta años. Estaba situado en la prolongación de la
calle Carral y atendía el tráfico de mercancías y pasajeros.
Sobre sus
escaleras miles de inmigrantes subieron a pequeñas embarcaciones que los
llevaban a los trasatlánticos que estaban anclados en la bahía.
A principios
del siglo XX el muelle ya disponía de conexión ferroviaria y a la prolongación
del muelle por la cara Norte se le llamó Muelle del Ferrocarril.
En 1909 se se
realiza una prolongación por el Este del muelle de A Laxe y se construye el
edificio de viajeros en un espacio ganado al mar entre la prolongación Este del
muelle de A Laxe y el muelle de costa, ya que hasta entonces el muelle no
presentaba abrigo suficiente al disponer sólo de una pequeña marquesina.
Posteriormente
con el paso de los años el puerto y la ciudad continuaron creciendo a un ritmo
frenético.
En 1944 entra en
funcionamiento la nueva Estación Marítima y se derriba el edificio de viajeros
(en su lugar se construye el edificio del Naútico). Asimismo, el
muelle de A Laxe deja de usarse para el tráfico de pasajeros y comienza a
utilizarse la zona como puerto deportivo.