Como
vigueses, es nuestra obligación conservar nuestra memoria urbana. Después de
décadas de desastres urbanísticos, no vamos a permitir que el ayuntamiento
destroce uno de los grandes símbolos del Vigo industrial, la panificadora.
Siguiendo los
planes urbanísticos que serán llevados a cabo en nuestra ciudad, el
ayuntamiento pretende derrumbar este memorable edificio dejando tan solo los
silos, sin darle la posibilidad de rehabilitación total como edificio destinado
a la cultura.
Como ciudadanos
Vigueses, estamos hartos de que cada alcalde vigués se guíe por el dinero y la
especulación olvidándose de cualquier gusto estético en NUESTRA ciudad.
Pedimos al ayuntamiento,
que si de verdad quieren derrumbar un edificio emblemático vigués, que sea este
el ayuntamiento, que abran Vigo al mar de verdad (Con esto nos referimos a
derrumbar el proyecto "Abrir Vigo al mar") o que desforren el
hospital Xeral de esas placas verde cantoso. Pedimos a nuestro alcalde que
piense con la cabeza y que si su equipo careciese del mínimo gusto estético que
se EXIGE para aprobar planes urbanísticos, que no los aprueben
modificando irremediablemente nuestra ciudad al más puro estilo hortera que ha
caracterizado a nuestros concejales durante décadas."
Desde la red me
llega la noticia de que un grupo de vigueses comprometidos con su ciudad han
iniciado una campaña para salvar de la especulación uno de los más emblemáticos
edificios de Vigo: La Panificadora.
Como no podía
ser menos, desde este blog nos unimos concienciadamente a la causa para que
ésta consiga la mayor repercusión posible y se haga visible el sentir de
muchísimos vigueses que desean un mayor respeto por el patrimonio
arquitectónico e industrial de nuestra ciudad.
Por ello he decidido actualizar el artículo que
en su día escribí sobre la Panificadora con nuevas fotografías sacadas de la
blogosfera (Vigoblog, Panificadora amputada, la ciudad perdida, etc.). También
en los próximos días espero escribir otro analizando la operación
urbanística-especulativa que se quiere realizar en los terrenos de la
Panificadora.
La fábrica de harinas o Panificadora es uno de los más bellos
ejemplos de arquitectura industrial en nuestra ciudad.
Fue construida en 1917 por Antonio Valcarce, poco después de haber cerrado la fábrica de
harinas "La Molinera", siendo Manuel Gómez Román arquitecto de la obra, y Otto Werner y Jorge Buchl ingenieros. En sus inicios contó con el edificio de
molinos, hornos para la elaboración
de pan y cuatro silos para el grano.
Tras la Guerra Civil se
convirtió en el primer negocio de pan en Vigo. Era el horno con mayor cantidad
de racionados inscritos y acabó absorbiendo a muchos pequeños panaderos de
barrio, que hacían de repartidores y pasaban a convertirse en accionistas de la
compañía.
La Compañía
Viguesa de Panificación tuvo entre sus muchos clientes contingentes militates
del sur de Galicia o prisioneros del Monasterio de Santa maría de Oia.
Por aquella
época el negocio iba viento en popa. A pesar de las habituales restricciones de
harina trabajan en la Panificadora unas doscientas personas.
Debido a la
buena marcha del negocio, se decide ampliar dotándola de seis grandes silos más
y un edificio para almacenar sacos. La fábrica además también disponía de
parque móvil para talleres, gasolinera, reparto, pozo y central eléctrica.
Debido a la
guerra civil y al bloqueo de la posguerra, la producción de la fábrica bajó
considerablemente.
En 1960 se
transforman los talleres y se construye una tercera edificación para fábrica de
piensos y locales comerciales. En total ocupaba una superficie de 9.455 metros
cuadrados.
Finalmente la
fábrica cerró en el año 1981, después de 60 años dedicados a la producción de
harina y la elaboración de pan. Desde entonces se encuentra en estado de
abandono y, mismamente, hace unos años sufrió un incendio en uno de los bajos
del edificio.
A pesar de que gran parte
de la ciudadanía, grandes intelectuales y reconocidos arquitectos han apostado
en innumerables ocasiones por su rehabilitación, los sucesivos alcaldes que han
pasado por nuestra ciudad nunca han mostrado el más mínimo interés por su
conservación.
Como prueba del
sentir general de los arquitectos, dejo la nota de prensa que la delegación del
Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia en Vigo publicó en 2002:
"La Panificadora y
Fabrica de Harinas".
En conmemoración del Día Mundial de la
Arquitectura 2002, el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia auspiciado por
el Consejo Superior de Arquitectos de España y la Unión Internacional de
Arquitectos, realiza una declaración institucional eligiendo como tema de esta
edición " Arquitectura y Patrimonio Cultural".
Con tal motivo la Comisión de Cultura de la
Delegación del COAG en Vigo, ha elegido como edificio significativo La
Panificadora y
Fábrica de Harinas. Con esta elección se pretende la puesta en valor del
conjunto de edificaciones popularmente conocido como " La Panificadora
" como Patrimonio Arquitectónico de la ciudad. El reconocimiento de la
Unión Internacional de Arquitectos de la elección de dicha edificación, viene a
ratificar la solicitud realizada por el COAG en 1995 ante la Xunta de Galicia,
para la declaración como Bien de Interés Cultural del conjunto. Reconocido hoy
en día en el ámbito cultural, como un elemento insigne dentro de la Arqueología
Industrial de la Ciudad, aun se encuentra sin el tratamiento legal ni
urbanístico acorde con su categoría arquitectónica.
En palabras de Fernando Agrasar, Profesor de la
E.T.Superior de Arquitectura y co-autor del Guia de Arquitectura Contemporánea
de la ciudad de Vigo - de próxima publicación – " ...La Panificadora,
constituye una referencia obligada de los inicios del hormigón armado en
nuestra ciudad, que a través de sus autores los ingenieros Werner y Buchl y el
arquitecto Manuel Gomez Román, muestran didácticamente el estado de la
arquitectura en la década de los años veinte. La sinceridad y pragmatismo
constructivo de la ingeniería, con sus claros volúmenes desornamentados, frente
al esteticismo fuera de lugar de la arquitectura es una lección que nos
recuerda los orígenes de la profunda transformación moderna...".
Que hoy en día, la Panificadora reine en el perfil de la ciudad como una
ruina en manos del azar, es un lujo que la memoria histórica de la ciudad ya no
puede permitirse. Es pues el momento de hacer una reflexión objetiva sobre la
representatividad del Patrimonio Industrial en el desarrollo urbano de la
ciudad y que las
Administraciones asuman de una vez los costes añadidos por los errores
cometidos en el pasado, con un único objetivo, recuperar para la ciudad lo que
de hecho ya le pertenece. Por ello , debemos poner de relieve que el proteger y
reutilizar el Patrimonio Cultural Arquitectónico ha de ir mas allá de una
simple conmemoración. No sería deseable que el Día Mundial de la Arquitectura,
se convirtiera en Vigo en una día de luto en vez de una jornada de orgullo ciudadano.
Delegación Vigo del
COAG.
El edificio llegó a ser
incluido como elemento a conservar
en las Normativas Municipales.
Incluso los arquitectos Celestino García
Braña, Susana Landrove y Ana Tostoes han documentado 160 obras significativas de España y
Portugal en "La arquitectura de la
industria", un volumen que
analiza el papel de la industria en el desarrollo
del Movimiento Moderno. La Panificadora aparece aquí como ejemplo único en España de la arquitectura de principiops del siglo
XX. Pero ni eso ni el anuncio del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia en
2002 parece que vayan a salvar a este emblemático edificio de su más que
previsible desaparición.
Para el
arquitecto Fernando Agrasar Quiroga, autor del libro "Guía de arquitectura
de Vigo 1930-2000", la panificadora se erige, por derecho propio, en todo
un símbolo del carácter y la razón de ser del desarrollo de Vigo en el pasado
siglo.
Esta pieza de
arquitectura industrial, que está situada en pleno centro de la ciudad (en la
calle Santiago), constituye el testimonio insustituible del empleo de hormigón
armado en edificación en nuestra ciudad.
El conjunto muestra de
forma didáctica el estado de la arquitectura en la década de los años veinte.
El perfil de la
fábrica contrapone un volumen principal, con poderosos silos de planta
poligonal, con aristas decoradas y tejadillo tradicional con alero. La
sinceridad y pragmatismo constructivo de la ingeniería, con sus claros
volúmenes desornamentados, frente al esteticismo fuera de lugar de la
arquitectura es una lección que nos recuerda los orígenes de la profunda
transformación moderna.
Para el reputado arquitecto
e investigador Jaime Garrido Rodríguez el derribo de la panificadora, además de
ocasionar una negativa ausencia en la imagen de la ciudad, supondría la pérdida
de un espacio céntrico útil para actividades socio-culturales (museo de la
industria viguesa, museo de las ciencias, de la pesca o centro de exposicion,
investigación y producción de espectáculos audiovisuales, etc.).
A su valor histórico,
dentro de los escasos edificios industriales que nos quedan en la ciudad, se
añade su calidad arquitectónica e integración en el contexto y paisaje urbano.
La sustitución por dos o tres centenares de viviendas agravaría considerablemente
el problema de la alta densidad ya existente en el casco urbano.
Por todo lo que representa
este edificio, la iniciativa de recoger firmas me parece una gran idea y espero
que gane fuerza.
La
panificadora es uno de los edificios más representativos y más ligados a
nuestra ciudad. Contemplar este edificio es contemplar parte de la historia de
Vigo.
Es una joya de la
arquitectura industrial que se debe conservar y preservar, no sólo por su valor
arquitectónico e histórico, sino también porque forma parte de nuestra
indentidad.
Vigo es una ciudad
industrial y como tal no debería olvidarse de ese desarrollo industrial que la
ha convertido en esa ciudad dinámica y urbana que es ahora.
Conservar esas
fábricas e industrias es lo mínimo que se debe hacer para honrar a los que, a
base de esfuerzo y trabajo, forjaron en el pasado las bases del Vigo de hoy.
Hace años se consiguió que no se derribara el antiguo palacio
de
justicia (hoy
MARCO) de la calle
Príncipe y hoy es un orgullo para los vigueses. ¿Por qué no se puede
hacer lo mismo con la Panificadora? La panificadora , la fábrica de Santa
Clara, el edificio Bandeira, la Metalúrgica, la fábrica de
conservas Alfageme, fábrica de conservas
Albo, la Industriosa, la fábrica Rivas, la Artística...
también debería
rehabilitarse y conservarse ya que son muestras vivientes de la historia de
nuestra ciudad. Vigo tiene un fabuloso pasado industrial del que debería
sentirse orgulloso.
Y es que una ciudad que da
la espalda a su pasado no tiene alma. ¿Debemos permitir entonces que se
derriben todas estas edificaciones
históricas que pertenecen a todos los vgueses para la triste idea de construir
más edificios de viviendas que únicamente responden y beneficien a intereses
privados?