El conocido Hotel Universal fue contruido en 1888 por el afamado arquitecto vigués Jenaro de la Fuente y Domínguez a
propuesta del conocido constructor vigués Benito
Gómez González (padre de los arquitectos vigueses Benito y Manuel Gómez
Román).
El edificio, de un claro
estilo ecléctico, está compuesto de un planta baja y tres altas. Presenta un
eje de simetría central y consta de tres fachadas: la principal a la calle
Cánovas del Castillo, y las laterales a las calles García Olloqui y Carral.
En 1889 la Corporación Municipal decidió declarar plaza pública el
espacio situado ante la fachada principal
El edificio se construyó en
dos fases, ya que en un principio, el Hotel ocupaba la mitad de la superficie
actual. Hasta que en 1904 Benito
Gómez decidió reproducir el diseñor de Jenaro de la Fuente y extender la
fachada principal y construir otra en el lateral de la calle García Olloqui con
el mismo esquema constructivo y manteniendo la unidad del edificio.
Las fachadas presentan una
sucesión rítmica de vanos con alternancia de balcones individuales y corridos
que remarcan la horizontalidad del edificio. La fachada a Cánovas del Castillo
está realizada en cantería de granito. Las otras dos fachadas laterales están
realizadas también con granito y muros de manpostería para aligerar el
edificio.
El edificio
albergó el Hotel Universal, uno de los hoteles más conocidos de nuestra ciudad
durante muchos años. Durante quince años llevó el rótulo de Hotel y Restaurante
Universal, para después pasar a llamarse sólo Hotel Universal.
Rápidamente se convirtió en uno de los puntos de encuentro de la ciudad.
El edificio era una de las primeras construcciones que podían contemplar desde
el mar los viajeros que desembarcaban en los muelles de la ciudad.
Además, su espléndida
terraza se convirtió en un símbolo del poder económico de aquellos años. En
ella se instaló un pequeño jardín arbolado con grandes palmeras y en verano,
las veladas se amenizaban con algunas de las mejores orquestas de la época. Los
pocos afortunados que podía ocupar sus mesas mostraban al resto de ciudadanos
su privilegiada posición social. Desde miembros de la alta burguesía, hasta
intelectuales y políticos de la ciudad. El resto de los mortales se situaba
alrededor del seto de la terraza para disfrutar igualmente de la música en esas
maravillosas tardes y anocheceres veraniegos. Sus salones laterales también
acogieron los convites de muchísimas bodas.
Junto al Hotel
Continental se convirtió en la primera parada de los numerosos viajeros que
llegaban en barco a nuestra ciudad. Formaban un bello conjunto edificatorio en
primera línea de mar, junto al mercado de A Laxe y los edificios de Montero
Ríos, que lamentablemente fue destrozado a mediados de los 60 con el derribo
del Hotel Continental y el mercado de A Laxe.
Con el paso de
los años el edificio se fue degradando. Su pequeño jardín arbolado desapareció
para dar paso a un gris espacio abierto cubierto por una pérgola metálica.
A mediados de los años 80
el hotel cerró sus puertas yt ras su cierre hubo varios pretendientes que
quisieron hacerse con esta privilegiada edificación. Desde la Autoridad Portuaria, pasando por
un casino y llegando hasta los intereses hoteleros, que finalmente se hicieron
un el edificio.
Sus dueños eran los
hermanos y empresarios orensanos Ramón y Alonso. Ambos pedía 600 millones de
pesetas por la vente del inmueble, lo que hizo que siempre echara para atrás a
la larga lista de pretendientes, ya que además de pagar por la propiedad del
edificio había que acatar las condiciones urbanísticas de conservación
impuestas por el Concello.
La cadena
hotelera AC Hoteles se hizo con el edificio con un proyecto basado en el
alquiler del mismo en régimen de concesión durante 20 años para abrir un hotel
de cuatro estrellas con servicios de lujo con un presupuesto de 7 millones de
euros y una oferta de unas 50 habitaciones.
Como la
catalogación del edificio como bien a conservar limitaba su superficie los
responsables del proyecto solicitaron permiso para construir un bajo cubierta.
La sorpresa vino cuando desde el Concello se
le dio el visto bueno.
El 10 de octubre de 2004 la Gerencia de Urbanismo y el gobierno vigués aprobaron la licencia de obras para que la cadena hotelera AC iniciara el proyecto de derribo del interior del inmueble, manteniendo la fachada y reconstruyendo la escalera del Hotel
Universal. El Concello permitió además la construcción de un bajo cubierta, haciendo que los empresarios consiguieran una superficie total construida de 2.800 metros cuadrados y que al edificio se le añadiera una cubierta