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domingo, 23 de febrero de 2020

Fábrica de harinas La Molinera (1898)




En 1898 la sociedad "La molinera gallega", formada por famosas personalidades viguesas como Ceferino Maestú, Gaspar Massó, Francisco Tapias y Luis Suárez Llanes entre otros, encarga al ingeniero Luis Conde-Valvís Fernandez, autor del impulso de numerosos complejos industriales y uno de los pioneros de la electrificación en Galicia, la construcción de una fábrica de harinas que se llamaría "La Molinera". La financiación de la fábrica correría a cargo del capital local y la participación de personajes ajenos a la ciudad, como el pontevedrés Marqués de Riestra.


Conde Valbín realizó para albergar la fábrica un edificio de 5 alturas de planta rectangular, de 32 metros de frente por 16 de fondo con una superficie total edificada de 1.560 metros cuadrados, que disponía de grandes almacenes.


Estaba situado en la Calle Duque de la Victoria (hoy Avenida García Barbón) a medio camino entre la iglesia de Santiago de Vigo y la Metalúrgica.


Su fachada, realizada con un ladrillo de color rojo y crema procedente de la fábrica de cerámica de La Caeyra (Pontevedra) cuyo dueño era el anteriormente citado Marqués de Riestra, tenía un estilo ecléctico con ligeras influencias románicas en la composición de las pilastras y los huecos de la fachada.


Se dividía por medio de ocho módulos de cuatro metros, con una ventana cada uno en planta baja, dos en los primeros pisos y tres en el cuarto, aligerando así el muro a medida que se ganaba en altura. La fachada terminaba en un petril sobre modillones donde se fueron poniendo los nombres de los inquilinos del edificio.


Además de por el tipo de ladrillo empleado destacaba también por su recargada decoración, que le daba un toque característico al edificio.

En un principio se dedicó el inmueble para la molienda aunque finalmente se destinó a la producción de harinas.

Como curiosidad destacar que no disponía de entrada directa desde la calle.


Funcionó como fábrica unos 15 años aproximadamente, ya que después de la primera guerra mundial, el encarecimiento que experimentaron las materias primas hicieron que la fábrica fuera inviable económicamente y terminara quebrando.


En 1916, al poco de cerrar la fábrica el edificio se convirtió en sede del colegio de primaria y secundaria Sagrado Corazón de Jesús, que sería el primer establecimiento docente de los jesuítas en Vigo. Estuvieron en el edificio 12 años, hasta 1928 cuando se trasladan a la sede de Bellavista. El inmueble fue entonces ocupado por el colegio privado el Mezquita.

Después durante la guerra civil fue requisado y utilizado como cuartel por los militares.

A finales de los 70 y principios de los 80 fue derribado para construir en su lugar un edificio de viviendas, oficinas y sala de bingo de 10 alturas.