El edificio Simeón (o Almacenes Simeón)
nació del proyecto para los Almacenes de Simeón
García, encargado a Benito Gómez
Román en 1906 y cuya licencia se
solicitó en 1907.
El edificio
nacía con la intención de alojar en su planta baja la casa comercial Viúda e Hijos de Simeón García, y
viviendas en el resto del edifcio.
Debido a la
enfermedad que contrajo el arquitecto por aquel entonces, el proyecto recayó en
las manos de su hermano Manuel Gómez Román, pero como éste no tenía el
título de arquitecto la firma
correspondería a Benito.
Las obras de construcción del edificio durarían
hasta el año 1911. El edificio está
situado en la Puerta del Sol, nº 6 con esquinas a la calle Doctor Cadaval y
Bajada a Príncipe. Consta de planta baja y cuatro altas, siendo la última
amansardada, con curiosas buhardillas adinteladas con formas de cresta de
gallo. La planta baja, de exclusivo uso comercial, destaca por su suntuosidad y
su brillante trabajo de cantería.
La fachada principal
del edificio, simétrica, presenta una composición ecléctica de carácter francés
organizada a través de un cuerpo central terminado en una cúpula. En ella se
sitúa la entrada al centro comercial a través de un hermoso soportal. Esta
fachada es la que presenta una mayor carga decorativa.
Las fachadas
laterales presentan también una composición ecléctica con una alternancia de
vanos.
Lo más característico del
edificio es la fabulosa decoración de estilo modernista (elaborada en granito).
Gómez Román diseña para el edificio una abundante y variada representación de flora y fauna.
Dragones, lagartos, delfines, palomas, un gallo, hiedra, rododendros, rosas,
hojas de vid, acantos, hojas de roble, etc., están labrados de forma excepcional
por la plantilla de maestros canteros y canteros del afamado contratista Antonio González Romero en granito y en blanda piedra arenisca de Novelda (Alicante).
Los elementos
decorativos se sitúan sobretodo en los sobrelinteles, ménsulas, pilastras,
balcones, etc.
Lo más
destacable de la decoración son las palomas y formas vegetales de las
pilastras, las gárgolas con formas monstruosas y el tratamiento del rostro de
la mujer que aparece enmarcado en decoración vegetal en la clave del dintel del
vano central del primer piso. Este rostro de una anciana con pañoleta en la
cabeza, es la madre del arquitecto, que fue exculpido con sus propias manos.
El edificio destaca también
por la perfecta integración de la piedra con el hierro forjado de las
barandillas de los balcones. Estas formas curvilíneas del hierro en los
balcones nos recuerdan al estilo Art
Nouveau.
Como curiosidad
destacar que el motivo esculpido en piedra que destaca en la parte alta de la
fachada central es un gallo.
El edificio
hace unos años salió a la palestra debido a que, con la excusa de dar mayor
visibilidad a su fachada, se autorizó el derribo de un conjunto de centenarias
edificaciones pétreas que formaban un bonito conjunto arquitectónico.
Cabe resaltar la
terrible pérdida sufrida a su margen izquierdo con la demolición del edificio
Villa de París. En su lugar se construyó un edificio de dudoso valor
arquitectónico que rompía la armonía de un bonito conjunto de edificios de
piedra.