En octubre de 1935 Francisco Castro Represas firma el
proyecto de un edificio para Natalio
Sanchón. El solar donde se construiría sería en el número 22 de la calle
Policarpo Sanz.
Con un trabajo
de cantería ejecutado por el conocido maestro cantero Ángel García Martínez y con granito blanco de la sierra de
Castrelos, Castro firmó una de sus obras más emblemáticas, el Edificio Sanchón.
También
conocido como "la plancha" (por su parecido con el electrodoméstico),
el edificio consta de planta baja y cuatro pisos. Tiene una planta trapezoidal
y presenta un frente simétrico (o casi simétrico si no fuera por la franja de
ojos de buey que hay en el extremo izquierdo) con una fachada de granito
blanco. La estructura es metálica y de hormigón armado en los forjados y
pilares, lo que permitió racionalizar la distribución de viviendas y oficinas.
En este
edificio Castro Represas buscó la combinación de dos estilos arquitectónicos en
principio contrapuestos: por un lado un estilo tradicional, caracterizado por
el uso de un material noble como es el granito, y por otro un estilo
racionalista plasmado entre otras cosas con la simplicidad de formas que caracteriza
este movimiento.
De la fachada destaca el cuerpo central, más
ornamentado que el resto y con una serie de franjas escalonadas verticales que
terminan en una “peineta”. Ésta junto a los laterales del cuerpo provocan un
efecto de verticalidad frente a la horizontalidad del resto del edificio, con apaisadas ventanas de
gran tamaño.
La decoración
está inspirada en el art déco y
destacan los balcones terminados en curva, las barandillas de sección circular
metálicas, las ventanas apaisadas y los pilares cilíndricos.
El edificio
termina con una terraza en la cubierta donde se añadió una planta atrasada con
respecto a la fachada.
El conjunto parece
inspirado en la construccón naval. La utilización formal de los ojos de buey,
las escaleras y las barandillas de tubos metálicos y demás elementos parecen
propias de los barcos.
Se trata sin duda de una de
las mejores muestras de la arquitectura racionalista de nuestra ciudad, y todo
un ejemplo de cómo construir un edificio moderno respetando el entorno.
Hace unos años
fue rehabilitada su fachada e inexplicablemente se le añadió un volumen de
piedra que altera notablemente el conjunto.