El edificio
Mülder es uno de los edificios más destacados del modernismo vigués. Construido
en honor al promotor de la obra, Enrique Mülder Palmer, es otra brillante obra
del arquitecto vigués Manuel Gómez Román.
El proyecto está firmando por el también
arquitecto Manuel Felipe Quintana debido a que Gómez Román todavía no podía
firmar proyectos en esa época. En un principio el proyecto fue encargado a
Benito Gómez Román, pero al fallecer éste en 1908, el proyecto recayó en su
hermano adaptando muchos elementos a su inconfundible estilo modernista.
Se trata de una obra con
una clara influencia ecléctica y de la escuela vienesa.
El edificio,
hecho de granito y con un gran labor de cantería, consta de planta baja y tres
altas y tiene dos fachadas, una que da a Montero Ríos y la otra que da a Pablo
Morillo.
La fachada a
Monterio Ríos tiene dos cuerpos más adelantados. En ella destacan los elementos
salientes curvos, el gran arco carpanel apoyado en pilares que aligera la
planta baja y el hermoso balcón corrido en la primera planta.
La fachada a
Pablo Morillo junto a la de Montero Rios tiene una acentuada verticalidad, como
se puede apreciar en la composición de vanos que abarcan dos pisos y en los
áticos que se prolongan por encima de la cornisa sobre los dinteles de los tres
huecos centrales de la fachada principal.
El chaflán se resolvió con un cuerpo de forma curvada que termina en una
cúpula con forma de huevo de clara influencia vienesa cubierta de pequeñas
losas de cerámica vitrificada de color cobrizo. Cabe destacar el fantástico
trabajo de cantería y la utilización de la cerámica en algunos elementos de la
fachada y decorada con imágenes en las que aparecen seres mitológicos
enmarcados en óvalos azules y rodeados de guirnaldas.
La única nota negativa relacionada con el
edificio es el poco respeto mostrado al mismo por parte de las administraciones
locales. En su día se permitió la construcción de un edificio de 9 ó 10 plantas
al lado del Mülder, que rompe la línea de cornisa que hasta entonces había en
Montero Ríos. Posteriormente esto se extendió a más edificios de la calle
afeando considerablemente el conjunto. Así, el edificio Mülder hoy aparece un
poco arrinconado ante sus enormes vecinos.