El edificio del
Banco Simeón es considerado como un edificio clave dentro de la obra del
arquitecto vigués Desiderio Pernas. Su construcción se remonta a 1974.
Desde que se instalara
profesionalmente en Vigo en 1963, Pernas había desarrollado un trabajo basado
en los parámetros y lenguaje del movimiento moderno. Algo normal, ya que era lo
que había mamado en su época de estudiante; especialmente de Mies van der Rohe,
cuya obra influyó notablemente en el arquitecto vigués.
Pero en ese momento el
movimiento moderno se ponía en duda. Liderados por el arquitecto italiano e
historiador Bruno Zelvi, el racionalismo deja paso a un movimiento
arquitectónico que entiende que el edificio, más allá de formas y geometrías,
debe estar en sintonía con su entorno. Aparece, por lo tanto, la idea de
introducir el exterior en el interior de los edificios como en el edificio de
la Fundación Ford en Manhattan de Kevin Roche y John Dinkeloo.
Con el proyecto
del Banco Simeón, Pernas entiende que tiene la oportunidad perfecta para
desarrollar un edificio bajo estos nuevos valores arquitectónicos. El cliente
busca un edificio representativo y el solar está en pleno centro de Vigo.
Teniendo esto
en cuenta, Pernas lleva a cabo el diseño de un edicio donde la naturaleza
"se encapsula, se empaqueta" y se introduce en la oficina.
A través de grandes
jardineras diseña un edificio donde el jardín forma parte de la fachada y cuya
composición volumétrica respeta a los edificios colindantes.
Siguiendo con
el lenguaje postmoderno, vemos que el edificio está fragmentado en diversos
sólidos suspendidos que anclados en sus soportes reivindican de alguna forma su
autonomía.
Sin duda el edificio es un
excelente reflejo del movimiento arquitectónico que tenía lugar en el momento
de su construcción.