En la segunda
mitad del siglo XIX algunos empresarios vigueses vieron en la construcción de
casas de baño en las playas y zonas muy próximas al mar una gran oportunidad de
negocio.
Se trataba de
construcciones que mediante una pasarela que se adentraba en el agua y una
escalera de bajada, el cliente podía sumergirse en el agua directamente.
Estaban construidas de madera sobre pilares y el nivel del piso siempre se
elevaba un poco más de un metro sobre la pleamar.
Antes de la construcción de
la primera casa de baños, los vigueses solían bañarse en una pequeña cala al
pie de la batería de A Laxe. Esta cala se conocía por el nombre de playa de
baños "Las baterías".
Debido al éxito
de afluencia de esta cala el empresario Cándido Soto ideó la construcción en
1876 de la casa de baños "La Iniciadora".
Aunque no
quedan muestras del proyecto realizado, Jaime Garrido Rodríguez indica que
debió ser construida por Jenaro de la Fuente y Domínguez.
Con una
disposición en planta en forma de U, la casa de baños se abrió al público el 10
de julio de 1876 y como reza en una postal de invitación "proporcionando a
sus clientes cómodas habitaciones, salón espacioso de descanso con piano,
tocador... baños fríos y baños calientes en bañeras de mármol".
Según un escritor de la
época la Iniciadora se convirtió rápidamente en un obligado punto de encuentro
de la sociedad elegante.
Pero la intensa
actividad de la casa de baños se vio interrumpida con motivo del inicio de las
obras del malecón que habría de unir el muelle de A Laxe con la Ribera. Debido
a las obras la Iniciadora tuvo que cerrar sus puertas temporalmente. Pero
durante ese tiempo se construyeron unas casas de baño en la playa de San
Francisco para seguir prestando servicio a los ciudadanos.
Una vez
terminadas las obras del malecón y levantada la nueva Avenida de Cánovas del
Castillo, Cándido Soto solicita en 1903 la licencia de reconstrucción de la
Iniciadora, encargándose del proyecto otras vez Jenaro de la Fuente. El maestro
de obras proyectó un edificio de dos plantas de ladrillo cara vista, de estilo
ecléctico con elementos mudéjares.
Las obras
tardaron poco más de un año y así pudo inaugurarse el 15 de mayo de 1904.
El nuevo edificio estaba
distribuido de forma que en el primer piso había 22 cuartos de baño que
formaban lo que sería la casa de baños propiamente dicha y en el segundo piso,
destinado a hotel, había quince dormitorios, cocina y comedor.
Además, la casa de baños
ahora tenía acceso tanto por la avenida Cánovas del Castillo como por la calle
Teófilo Llorente.
Entre finales
de 1960 y principios de 1970 se derribó junto a otros edificios gracias al
desarrollismo que experimentó Vigo por aquella época. En su lugar se
construyeron edificios de diez plantas que taponaron las escalonadas casitas
del casco vello.